*Capítulo 8b: Memory Lane
Cuando abrimos la puerta no pudimos evitar soltar unas carcajadas. Estaban los dos dormidos profundamente.
Vi estaba tumbada ligeramente hacia la izquierda mirando a Brendon, y éste a ella; tenía el brazo sobre su cintura.
Era una estampa bastante romántica hasta que caí en la cuenta de que se conocieron ayer, aunque puede que hubiera un flechazo...
Con el ruido de nuestras risotadas, Brendon se despertó, pero Vi seguía sopa... entonces recordé que la forma más eficaz de despertarla era con luz, así que me aproximé a la ventana.
- ¿Qué haces? – me preguntó Brendon.
- Despertarla. A veces la única manera es... – subí la persiana y dejé que la luz entrara a la habitación.
- Oh joder, qué sueño.- Protestó Vi.
- ¿Lo veis? – dije con voz triunfal, los dos chicos rieron.
- Buenos días...- saludaron a coro.
- Voy al baño – dijo Vi precipitándose fuera de la habitación. Brendon se puso las gafas y bostezó. Luego se oyeron las arcadas de Vi al vomitar.
- ¿Qué hora es? – preguntó sentado en la cama.
- La una y media- le contestó Ry.
- ¡Joder! ¡Hostia puta! – y tras este repertorio, Brendon se puso la camiseta y los pantalones, a todo correr.
Al momento llegó Vi.
- ¿Todos vestidos menos yo? Pues ya estáis saliendo, que la menda se tiene que vestir.
Así que todos salimos (menos ella, claro), y preparamos unos sándwiches para comer.
Ryan no se despegaba de mí.
- Esta noche te llevo a ‘Sam’s town’ – me susurró.
- No; Vi me dijo que la acompañara al casino donde trabaja, lo siento. – me disculpé.
- Entonces nada – dijo apartándose de golpe.
Estaba un poco confusa con su comportamiento, pero ya quedaría con él, tenía tiempo. Quería volver a pasármelo bien con Vi de nuevo; debía comprenderlo.
- ...Pero podemos quedar otro día – le dije.
Se dio la vuelta.
- Cuando tú quieras. Mañana es domingo, pero paso el día con mi familia. Esta semana vamos a ensayar todos los días, así que el próximo viernes o sábado, que los tengo libres. – dijo. Joder con su agenda...
- ¿El viernes? – Propuse.
- De acuerdo – dijo mientras alejaba a poner la mesa.
Y... ¿A qué me dedicaría a hacer toda la semana? ¿Irme de farra de lunes a jueves con Vi? Vale que quería fiesta, pero el cuerpo de una tiene un límite...
Aunque no era mala idea; Vi sólo trabajaba sábados y domingos en junio y julio, según me había contado.
Estuvimos comiendo en el salón, todos en silencio.
- Vi, ¿A qué hora vas a trabajar? – le pregunté, rompiendo el silencio.
- Mmm... a las diez salimos de aquí; vosotros podéis quedaros.
- Pero... si llevamos aquí un día, parece que no tenemos casa, ¿Por qué no os venís cuando acabemos de comer? – sugirió Brendon.
Vi me miró, aunque no sé para qué, porque decidió ella sola...
- Iremos.
Vi y yo nos arreglamos un poco. Ellos esperaban en el salón. Cuando estábamos en el baño alisándonos el pelo, Vi me preguntó:
- ¿Te enrollaste con Ryan? – viva su “discreción”...
- Bueno... anoche cuando nos emborrachamos... – me miraba atónita, y continué.- Pero hoy he actuado como si no hubiera ocurrido nada. No me acordaba, él me lo dijo. Esta mañana me dijo que si para repetir tendría que emborracharme de nuevo.
- ¡Vaya! – dijo totalmente asombrada- ¿Y qué le dijiste?
- Que sí. Quiero ponérselo difícil...- sonaba bastante estúpida, la verdad; pero no quería dar la impresión de que era una facilona.
- Pero si estás coladísima por él.
- Ya...
- Siempre poniéndoselo difícil a los chicos – comentó poniendo los ojos en blanco.
- Soy así; me toca mucho los cojones los tíos que van de ligones, ¡No puedo con ellos!
- ¿Crees que Ryan es así?
- Sí... No... No lo sé.
- No creo, parece un buen tío.
- Yo también lo creo, pero las apariencias engañan... – decidí cambiar de tema. - ¿Y tú con Brendon qué tal? Ya sé que bien, pero dame detalles.
- Muy bien... Me gusta mucho, aunque no he hablado mucho con él.
- Hoy sí; vamos a su casa.
- ¡Sí! – Vi estaba realmente eufórica.
- ¿Salís ya? Brendon se está meando – se le oyó a Ryan gritar desde el salón.
- Tú te callas – le refunfuñó Brendon-, además te toca a ti poner el Guitar Hero.
Salimos del baño al fin, Brendon nos dio las gracias unas mil veces mientras entraba corriendo al baño y cerrada la puerta.
- Creo que voy a prolongar mi estancia aquí; porque llevo aquí dos días y no quiero volver. – admití.
- ¡Sí! Pues en dos semanas se lo dices a la de la inmobiliaria y ya lo irás pagando.
- Será mejor entonces que busque un trabajo.
- ¿Qué? ¿Al final te quedas hasta septiembre? – me preguntó Ry con mirada ilusionada.
- Creo que sí, pero no sé aún.
- Te puedo conseguir un puesto en la tienda de música donde trabajo.
- No te preocupes, me puedo apañar sola. – le contesté secamente, demasiado...
- Era por ayudarte- dijo un tanto ofendido.
- No quiero que pelotees a nadie para que trabaje allí.
- Sólo quería ayudarte...
- Te lo agradezco, de verdad.
Dicho esto, Brendon, que ya había salido del baño, carraspeó:
- ¿Nos vamos?
- Sí – dijo Vi con desesperación. Al momento me miró con cara de “lo vas a perder”.
Tragué saliva. Salimos de la casa y nos dirigimos hacia la suya. Como Vi iba con Brendon, yo me junté con Ryan, pero no hubo conversación, además su casa estaba prácticamente al lado.
Pasamos toda la tarde hablando Vi y yo; ellos escuchaban. Yo les hablaba de Manchester, de Macclesfield y de Capesthorne; Vi de cómo se fue de casa y escogió Las Vegas para escapar de todo, y ellos escuchaban fascinados. A eso de las nueve y diez, salimos de su casa para ir al casino donde trabajaba Vi, el ‘Golden Goose’.
Como antes, Vi y Brendon caminaban muy juntitos, mirándose de una forma empalagosa. Esta vez, Ryan se acercó a mí, justo cuando pasábamos por una estrecha calle; y me soltó:
- ¿Cómo es que hoy estás tan borde conmigo? Yo no te he hecho nada.
- No sé... simplemente me siento así. Lo siento.
- Cada uno es como es... sé que es por lo de anoche.
- Puede...
- ¿Ves? Pero no debes molestarte conmigo, pues fuimos los dos.
Se paró en seco y me miró sonriente:
- Tengo una idea; sígueme.
***
lunes, 28 de septiembre de 2009
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